Hace unos días decidí unirme a un movimiento llamado #ZeroWaste que consiste en dejar de producir residuos y así cuidar a nuestro planeta que cada vez esta más dañado.
Cada día, tiramos cerca de un kilo y medio de basura por persona. Es decir, cada año producimos más de media tonelada de desperdicios que muchas veces acaba en grandes basureros, pudriéndose bajo el sol o contaminando mares y ríos.
Es por eso que los invito a que llevemos un vida libre de bolsas de plástico, botellas de plástico, unicel, colillas de cigarro, popotes, tapas, etc. Imagínense una vida libre de la sobreabundancia de basura que inevitablemente acaban en nuestros espacios naturales.
Kathryn Kellogg es la fundadora de este movimiento, que nos pone el ejemplo ya que sus residuos de todo un año pueden llegar a caber en un bote de 250 mililitros, el movimiento #ZeroWaste gana cada vez más participantes entre los que quieren dejar de vivir una vida basada en el consumo ineficiente y la producción de basura.
Hace unos días iba caminando con mi hija por las calles de nuestra CDMX y en verdad entre en pánico, en un tramo de 200 mts era impresionante la cantidad de basura tirada y luego nos quejamos de las inundaciones y de más. Desde ese día decidí unirme a este movimiento e invitar a mis seguidores a que también pongan su granito de arena y salvemos a este hermoso planeta.
Me informe un poco más del tema y me encontré con tiendas a granel que también se preocupan por el daño que le hacemos al lugar en el que vivimos vendiendo sus productos libres de basura, llevas tus botes de vidrio o en costalitos de tela y haces la despensa sin contaminar al planeta. Adquirir o fabricar tus productos de higiene biodegradables y sin químicos es también una buena opción, así como sustituir el papel de cocina por toallas de algodón, cepillo de dientes de plástico por uno de bambú, popotes de plástico que terminan dañando a las especies marinas por uno de aluminio, en verdad hay muchísimas opciones las cuales pueden adoptar en su día a día.
Los residuos orgánicos que terminan en el bote de basura y se pudren en un basurero gigante también hay forma de utilizarlos y convertirlos en abono para alimentar a las plantas.
La clave es buscar siempre que sea posible productos reciclables y reutilizar otros para conseguir que una vida sin basura se convierta en una realidad.
Y por último los invito a firmar esta petición de change.org alcemos la voz y los diputados y diputadas de la CDMX prohiban la venta, distribución y uso de bolsas, popotes, utensilios y similares desechables de plástico no biodegradable para su comercio y venta.
Más del 90 % del plástico que consumimos no se recicla.
La basura plástica ahoga y envenena nuestro medio ambiente, mata a nuestros animales.
¡Salvemos a nuestro planeta y dejemos un lugar digno para vivir a nuestros hijos!
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