Mi Compromiso en el 8M: Apoyo, Sororidad y Justicia para Todas las Mujeres

11 marzo 2025

El 8 de marzo no es solo un día, es el reflejo de nuestras luchas diarias. Es un grito de resistencia, de sororidad, de un feminismo que no se conforma con migajas. Es la muestra de que estamos aquí, firmes, unidas, para exigir lo que nos pertenece por derecho: justicia, igualdad, libertad.

Como alcaldesa de Cuauhtémoc, no solo me sumo a la marcha, me sumo a la lucha. Este Día Internacional de la Mujer, no era solo una cuestión de estar presentes, sino de garantizar que cada una de las mujeres que marcharon tuviera lo que necesita para hacer valer su voz con libertad: apoyo, seguridad y, sobre todo, respeto.

Este 8M, más de 200 mil mujeres salieron a las calles, no solo por nosotras, sino por todas: por las que no pudieron marchar, por las que siguen silenciadas, por las que fueron víctimas de violencia, por las que luchan cada día contra el machismo y las que no tienen el privilegio de ser escuchadas. Nos movilizamos para recordarles que, aunque a veces no nos vean, aquí estamos: con coraje, con fuerza, con un deseo incansable de justicia.

A lo largo de la marcha, aseguramos que todas las mujeres pudieran estar bien cuidadas. Instalamos puntos de hidratación, baños públicos gratuitos y desplegamos personal de Protección Civil para atender emergencias médicas. No porque el gobierno deba “ayudar”, sino porque entendemos que las mujeres que marchan merecen el respaldo necesario para no detenerse. Porque no solo marchamos por nuestros derechos, marchamos por la vida, por la salud, por el bienestar de cada una de nosotras.

El feminismo es mucho más que un concepto. Es una postura ante el mundo. Es un compromiso con la equidad. No estamos pidiendo favores, estamos exigiendo lo que es nuestro por derecho. La lucha feminista no solo debe ser celebrada, debe ser una prioridad. Como gobierno, nuestra responsabilidad no es solo escuchar, es actuar. Es poner en práctica políticas públicas que garanticen la seguridad, la educación en perspectiva de género, y la igualdad real. Por eso, además de apoyar la marcha, hemos implementado acciones concretas como jornadas de sensibilización, el fortalecimiento de programas como Reacción Violeta, la instalación de Puntos Violeta y el encendido de luminarias moradas para visibilizar el compromiso con nuestras mujeres.

Cada paso que dimos en la marcha fue un recordatorio de lo que hemos logrado juntas y, también, de lo que aún nos queda por conquistar. Porque el feminismo no es solo para las mujeres que marchan, es para todas: para las que no pueden, para las que sufren violencia, para las que siguen luchando por sobrevivir en un sistema patriarcal que las oprime.

Hoy, más que nunca, debemos recordar que el feminismo no es una opción, es una necesidad. No podemos esperar más. Las mujeres seguimos siendo las más afectadas por la violencia, la desigualdad y el machismo que se nos impone todos los días. Pero nos hemos levantado, hemos decidido no callar más. Porque, como dice Audre Lorde, “No soy libre mientras alguna mujer no lo sea, aunque las demás mujeres sean libres”.

El 8M no es un día aislado. Es un recordatorio de que la lucha continúa y debe seguir siendo un acto de resistencia colectiva. Mi compromiso como mujer, como alcaldesa y como feminista es estar siempre al frente de esta lucha, porque sé que juntas podemos crear el cambio que necesitamos.