FESTIVAL CENTROAMERICANO EN LA CUAUHTÉMOC: UN ENCUENTRO DE CULTURA, IDENTIDAD Y HERMANDAD

12 septiembre 2025

Con enorme orgullo inauguramos el III Festival Centroamericano Gastronómico, Artístico y Cultural en el Claustro de Sor Juana, un espacio histórico que abrió sus puertas para celebrar la diversidad, la identidad y la hermandad entre pueblos. Lo hicimos en el marco del 204 aniversario de la Independencia de Centroamérica, reafirmando que la Cuauhtémoc es el corazón cultural de la Ciudad de México.

Tuvimos el honor de contar con distinguidas y distinguidos representantes diplomáticos: Rosa Delmy Cañas Orellana, embajadora de El Salvador; Sonia Cruz de Aspra, embajadora de Honduras; Edgar Armando Gutiérrez, embajador de Guatemala; Juan Carlos Gutiérrez Madrigal, embajador de Nicaragua; y Pablo Heriberto Abarca Mora, embajador de Costa Rica. Acompañados por Rafael Tovar, rector del Claustro, encabezamos una ceremonia que rindió homenaje a la unidad histórica y cultural que compartimos con Centroamérica.

Durante estos días, el festival se convierte en un punto de encuentro abierto a todas y todos, con música en vivo, muestras de arte, talleres y la riqueza gastronómica tradicional de cada país. Todo en un ambiente familiar, gratuito y con el sello de inclusión y diversidad que define a la Cuauhtémoc.

Estoy convencida de que la cultura es un puente que une comunidades, que abre caminos de respeto y solidaridad. Este festival no solo celebra la independencia de Centroamérica, sino también la libertad y la identidad que fortalecen a nuestras naciones.

En la Cuauhtémoc nos enorgullece ser anfitriones de este encuentro que enriquece nuestra vida comunitaria y hace latir aún más fuerte al corazón de la Ciudad de México.

“Cuauhtémoc ya no está sola”: comparezco ante el Congreso de la Ciudad de México

14 mayo 2025

Este miércoles tuve el honor de comparecer ante las Comisiones Unidas de Administración Pública Local de Alcaldías y Límites Territoriales y de Gobierno y Políticas Públicas del Congreso de la Ciudad de México. Lo hice con la frente en alto y el corazón firme, porque estoy convencida de que gobernar con honestidad, de puertas abiertas y con resultados, es posible.

Desde temprano, más de 700 vecinas y vecinos se dieron cita en el Congreso para acompañarme. Verlos ahí, con pancartas, aplausos y mensajes de aliento, fue un recordatorio del enorme compromiso que tenemos con quienes habitan y transitan nuestra querida Alcaldía Cuauhtémoc.

En mi mensaje inicial, señalé con claridad: Cuauhtémoc ya no está sola. Hoy, ya no mandan los de siempre, aquí manda la gente. En estos seis meses al frente del gobierno, hemos demostrado que no nos arrodillamos ante los poderes fácticos, que no permitimos la impunidad y que estamos decididas a erradicar el uso patrimonialista de las instituciones públicas.

Recibí una alcaldía secuestrada por la corrupción y el saqueo, y esa historia debía terminar. Por eso hemos denunciado todas las irregularidades del pasado ante las autoridades correspondientes. Lo dije y lo reitero: esperamos que se haga justicia. Sería una vergüenza que la justicia estadounidense actuara antes que la mexicana.

Desde el primer día, nos pusimos a trabajar. Salimos a las calles, tocamos puertas, escuchamos, atendimos. Creamos programas como “Alcaldía en tus manos”, con el que hemos recorrido las 33 colonias para llevar servicios y atención directa a donde más se necesita. Porque un buen gobierno no se construye desde el escritorio, sino desde el territorio.

Hablé también de los programas insignia que hemos impulsado, como Brilla Cuauhtémoc, con el que hemos instalado más de 8 mil luminarias para recuperar espacios públicos y devolver la seguridad a nuestras calles. También del Gabinete Violeta, una iniciativa única en su tipo, y del primer reglamento contra el acoso sexual hacia funcionarias, porque los derechos de las mujeres se deben defender más allá del discurso.

En estos primeros meses, pusimos en orden la casa. Le dimos rumbo a un gobierno que hoy está en manos de su gente. Cuauhtémoc no estaba olvidada, estaba secuestrada. Y ahora, la voz de las y los vecinos dejó de ser un susurro para convertirse en gobierno.

Durante mi comparecencia me acompañaron las y los integrantes de mi gabinete, el Concejo de la Alcaldía Cuauhtémoc y, por supuesto, legisladoras y legisladores del Congreso capitalino, a quienes agradezco su disposición para escuchar y cuestionar, porque esa es también la esencia de la democracia.

Comparecer es rendir cuentas. Pero también es refrendar un compromiso. Y el mío es claro: seguir gobernando con honestidad, con cercanía y con resultados. Porque en Cuauhtémoc, el poder regresó a las manos de su gente.