Cuidar a nuestras infancias no es cosa de un solo día, es un compromiso diario
24 abril 2025
Hoy quiero contarles sobre uno de los días más significativos que hemos vivido en Cuauhtémoc. Comenzamos las celebraciones por el Día de la Niña y el Niño con un gran evento en el Kiosco Morisco, donde más de 500 niñas, niños y sus familias disfrutaron de una jornada llena de juegos, música, regalos y actividades en un espacio seguro, diseñado para ellas y ellos.

Este festejo no fue sólo una fiesta. Fue también un recordatorio poderoso: nuestras infancias importan, son lo más valioso que tenemos como comunidad. Y por eso, desde el primer día de esta administración, me propuse que el bienestar de niñas y niños no fuera un tema de un solo mes ni de una sola actividad, sino un eje permanente de nuestras políticas públicas.

Durante el evento, compartimos momentos muy emotivos con las familias. Hubo rifas, juegos mecánicos, inflables, y muchas sorpresas más que llenaron de alegría el corazón de Santa María la Ribera. Pero más allá de lo simbólico, también hablamos de lo que implica trabajar todos los días por una infancia plena y feliz.

En Cuauhtémoc hemos rehabilitado parques, iluminado canchas, limpiado y recuperado espacios públicos, impulsado actividades deportivas y culturales gratuitas y fortalecido una política de infraestructura urbana pensada en el bienestar de nuestras infancias. No se trata sólo de obras; se trata de darles entornos donde puedan crecer libres, seguros y con oportunidades.

Y se los dije fuerte y claro: cuidar a nuestras niñas y niños no es cosa de un solo día. Es construirles todos los días una alcaldía en la que puedan ser felices, donde puedan correr en un parque limpio, jugar en una cancha bien iluminada, caminar por una calle segura. También es darles un abrazo a tiempo, una mano extendida, una mirada que escuche.

Pero este año quisimos ir más allá. Por eso, organizamos por primera vez en la historia de la alcaldía el Día de la Niña y el Niño Funcionario. Más de 20 niñas y niños participaron directamente en las labores de gobierno, asumiendo roles como alcaldesa, concejales, directores generales y acompañando al personal en campo. No fue un juego: fue una jornada real de participación y aprendizaje.

Ese día entregamos el gobierno simbólicamente a nuestras infancias, algo que nunca se había hecho antes. Fue un acto de confianza, de fe en el futuro y de convicción profunda de que ellas y ellos tienen todo el derecho a ser escuchados, a tomar decisiones, a imaginar un mundo distinto desde ahora.
Estoy convencida de que este tipo de actividades no son sólo un gesto simbólico, sino una apuesta política y social para colocar a nuestras infancias en el centro de todo. Porque si no creemos en ellas y ellos, entonces ¿en qué futuro estamos creyendo?
Gracias a todas las niñas y niños que participaron, a sus familias por acompañarlos, y al equipo de la alcaldía que hizo posible esta jornada tan especial. Seguiremos trabajando todos los días para construir una Cuauhtémoc que cuide, proteja y abrace a sus infancias. Porque ese es el único camino hacia un mejor mañana.